Cuando se comercia con canciones (ya sean Cunuemé o no) el autor estará destinado a no ser reconocido como compositor. Esta maldición costó mucho crearla, quizá la maldición más compleja en su alquimia, ya que Ün-dar Nat la consideraba innecesaria incluso contraproducente. Es un efecto que por su naturaleza está muy relacionado con la Endé-buang aunque no termina siendo exactamente igual. Quizá tenga más relación con su contraria, Rapini-buang ya que interfiere más bien en los sentimientos y no tanto en los sentidos.