Es la progresión celta por excelencia. Se utiliza normalmente para generar un ambiente de transición en espiral. Es a su vez un elemento espiritual casi mágico elogiado por muchos compositores creyentes.
Algunos teólogos creen que genera un sentimiento esperanzador que ha dado lugar a explicaciones teológicas sobre la necesidad de creer en dios. Según Tchuin Barcravio en muchas de las culturas que se ha utilizado esta progresión armónica se ha reforzado el fundamentalismo más radical de las instituciones religiosas de la zona.
Sin embargo también se utiliza como elemento terapéutico de enfermedades desesperanzadoras: tristeza tierna, abreviatura de vida inclasificada, marginalidad crónica, etc.
«…ese día visitamos a unos amigos, nos mostraron su música. Acababan de empezar, se llamarían Steeleye Span. Cuando escuché su música pensé que quizá algún día volvería a mi hogar encontrándolo todo en orden y a mi esposo esperando. Pronto me di cuenta de la fuerza que esa música ejercía sobre el corazón de las personas. Música de siempre y sonido actual.»
Gantrul Lenida, Música y soledad (1967)