Era su primer día, había luchado mucho para encontrar un trabajo y no podía decir que no. Aunque la paga no era muy buena decidió presentarse a la prueba. No había podido dormir en toda la noche por los nervios, por eso que apagó el despertador sin darse cuenta. Tres cuartos de hora más tarde saltó de la cama y se vistió como pudo, nada de peinarse, lavarse la cara o desayunar, además, como siempre pasa, el autobús llegó tarde. La primera impresión para el director de casting, no nos vamos a engañar, no fue muy buena.
Allí estaba él, frente a ese león con tantos dientes como pelos, un instante antes de que ocurriera lo peor.
Hacemos tantas cosas por amor…
(…por amor al dinero, claro.)
Crei que la historia hablaba del leon, y que tal? «Alli estaba el, frente a ese domador con tantos dientes…… Me encanta eres un monstruo renacentista. El diente que le falta al leon es genial para otro cuento, jajajjaja ademas el tio se ve que esta diciendo, madre mia otro novato aqui en mi jaula.
jajajaja!!!! muchas gracias!!! un comentario muy tuyo 😀
Jajajaja!!! qué grande eres, perfecto, en ese caso sólo habría que cambiar una frase:
«Allí estaba él con su mejor sonrisa frente a ese domador un instante antes de que ocurriera lo peor.»
Genial!!!, látigo flácido versus melena de fuego!!! me encanta.
por cierto, parece que el cuento sigue…
Hola Raúl!! Que tremenda esta tu web!! me alegro mucho de ver por fin los contenidos!!
Te iré visitando si la memoria no me falla mucho.
Un abrazo desde Valencia!
Jo! muchas gracias!!!